En la vida como en el yoga

Siempre me he considerado una persona muy intensa, y para serles honesta es algo con lo que duré peleada mucho tiempo, pero gracias a dios (bueno, a terapia), hice las paces con ello y la verdad es que ahora es una de mis características favoritas. Realmente, esto fue un dato completamente innecesario pero no sabía por dónde empezar. Total, que por lo mismo que soy así, obviamente, cuando encuentro algo que me gusta, le intenseo demasiado.

Este año estoy cumpliendo 3 años haciendo yoga. Y yoga es eso que mucho tiempo quise hacer y no me animaba, y también es eso que me llamaba la atención sólo por las posturas cool y actitudes banales, tal vez. En algún punto y sin yo buscarlo, llamémosle por azares del destino, cuando menos lo esperaba, terminé practicándolo. Y me encantó. 

Para empezar, por el mismo motivo del principio, me cuesta mucho estar quieta, entonces imagínense a alguien con personalidad tipo A intentando permanecer en silencio, concentrada en su respiración y estando mucho tiempo en una misma posición 🙃 debo admitir que al principio fue retador pero también créanme que nunca había encontrado esa paz en ningún otro tipo de ejercicio. 

Practicar yoga va mucho más allá de lo que se puede ver por fuera, no es sólo llegar a una postura, no es sólo hacer movimientos sin sentido, es conocerte, aceptarte, entenderte, es enraizarte, conectar contigo, habitarte, es olvidarte del ego, ser paciente, saber tomarte tu tiempo y, también es aprender a relajarte.

Y siéndoles muy honesta, muchas veces es volver a ti. 

Mi camino en yoga ha sido un proceso largo, y quiero aclarar que, para nada soy experta en ello (herrrrmanos, yo quisiera), pero es algo que llegó a ser mi paz en la tormenta (aunque suene cliché). Honestamente no tiene nada que ver con lo que pensé que era, es algo que empecé sin idea de qué esperar y que me ha dado resultados que jamás imaginé —en todos los sentidos—.

Y les puede parecer raro, pero algunas de las lecciones más importantes de mi vida las he aprendido en mi mat durante mi práctica de yoga. Aquí van algunas de ellas: 

  • Sé flexible. El saber adaptarnos siempre nos hará todo más ligero y llevadero, sorprendentemente (y aunque usted no lo crea), yo me di cuenta de que entre más flexible me volvía en yoga, más flexible era en la vida y viceversa. 
  • Respira. Tómate el tiempo de ser consciente de tu respiración y obsérvala. Intenta hacer respiraciones profundas y nota la diferencia en tu estado físico y emocional. Haz una pausa. Respira. 
  • Se vale caerse. Aunque lleves poco o mucho tiempo, ninguno estamos exentos de caer, y si te caes, no pasa nada, te ríes, aprendes, te levantas y lo vuelves a intentar. No te tomes todo tan enserio y no seas tan duro contigo mismo. 
  • Siente todo. No ignores tus emociones y sentimientos, aprende a escucharlos, a apreciarlos, a vivirlos, siéntate con ellos, invítales una taza de café, observa lo que te tienen que decir, cuestiónalos, ríete con ellos y déjalos ir. No tengas miedo de sentir. 
  • El balance es clave. Encontrar el equilibrio puede requerir de mucha práctica pero éste puede llegar a ser la respuesta que tanto buscabas.
  • Cuando no hay motivación, entra la disciplina. ¿Así o más claro? 
  • Sal de tu zona de confort. Aunque sea incómodo, aunque a veces duela, aunque sea difícil, aunque tengas miedo. Hazlo, neta. 
  • El viaje es el destino, (bueno, eso también me lo enseñó Hey! Arnold). Cuando sueltas el apego y dejas de pensar tanto en el resultado final y en cambio, te entregas, te diviertes y fluyes realizando cada postura y movimiento, disfrutarás mucho más todo lo que estás haciendo… y créeme, cuando menos te lo esperes, ya estarás en donde querías estar. 

Y algo bien importante: vive el momento presente, sé consciente, disfruta, diviértete. El pasado ya fue y el futuro todavía no es. Así que sólo nos queda el ahorita, ya, en corto. 

“I always focused on perfection, always drilled my technique until it was flawless… But the yoga space is more about just showing up as you are today.” — Kylie Gates.

Y como esto ya parece artículo de revista motivacional, aquí lo dejo… No sin antes recordarles que todo lugar es aquí y todo momento es ahora.